Según la FAO, cada año se pierden 1,3 millares de millones de toneladas de alimento en el mundo, igual a aproximadamente un tercio de la producción destinada al consumo humano. Sólo en Italia, la cantidad de alimento "despilfarrado" se estima en 3,3-3,5 millones de toneladas por año. Nace, de estas evidencias -y de las posibles soluciones tecnológicas- el proyecto SORT - Tecnologías y modelos para el Desempaquetado, la Organización de las existencias y el Seguimiento de los productos alimentarios despilfarrados, que ve al ayuntamiento de Imola en primera fila, junto a 6 empresas y dos Universidades de Emilia-Romaña.
Ideado en el ámbito del programa Smart Cities and Social Innovation, aprobado por el ministerio de la Universidad y de la Investigación, el proyecto ve una inversión de más de 18 millones de euros, para hallar respuestas a la "no-óptima organización de la cadena alimentaria". Dicho en otras palabras: a menudo, los alimentos enviados a vertederos - en función de la única fecha de caducidad indicada en la etiqueta - todavía pueden ser utilizados.
¿Algún ejemplo? La cadena zootécnica, pero también la producción de compost, energía, etc. Un presupuesto simple que requiere, sin embargo -y, de ahí, el proyecto SORT - una diferente organización de la cadena de los alimentos, desde el punto de vista de la logística, de la distribución, del etiquetado, de la gestión de las distintas fechas de caducidad, en función de las diferentes utilizaciones. Y, antes de todo, desde el punto de vista del packaging.
"Puesta a punto de sistemas de desembalaje para extraer el bien de su embalaje primario y redirigirlo hacia el punto de reconcentración". Este, por ejemplo, es uno de los objetivos principales de SORT, que cuenta, entre sus partners, además de las Universidades de Bolonia y Ferrara, los máximos protagonistas regionales de la industria del empaquetado, como Sacmi Packaging, Future Space, Selex Elsag, Plastic Sort, pero también pioneros del etiquetado como Alfacod, hasta Curti Costruzioni spa.
Juzgado el mejor, de entre los proyectos que se han presentado en el ámbito del bando Smart Cities del Miur, el proyecto, que ve en primera fila el Ayuntamiento de Imola, ya ha atraído la atención del ministerio del Ambiente y del ministerio del Desarrollo económico. La ambición, replicar, en una vasta escala, los resultados , que comprenden, asimismo, un sistema completamente nuevo, de gestión de las existencias y de indicación de las fechas de caducidad de los alimentos: una para cada posible utilización.